25.5.05

Casi me he atragantado

Estaba en el comedor, tranquilamente, hablando poco por la pertinaz alergia, y por lo tanto, con la capacidad de observación intacta, cuando mis ojos han sufrido un "espasmo visual", mi espalda se ha enderezado, mi codo ha salido disparado a las costillas de mi compañero y el trozo de comida que tenía en la boca se ha ido por donde no era. Las lágrimas acudían a mis ojos, dos fuentes, oiga, y el color de mi cara se aproximaba al morao, pero morao.

Era ella.

Algún vendedor sin escrúpulos o la falta de espejo en alguna tienda de moda le habían colocado las cortinas de la casa de su tatarabuela alrededor de la cintura, con los cordones de recogida incluidos.

Sin rubor, que sobre gustos no hay nada escrito.

Me he tranquilizado hasta poder respirar y no he querido hacer ningún comentario, hasta que un trozo de carne de mi vecino de enfrente me ha golpeado en la cara, se ha puesto morado, le ha dado un golpe en las costillas a su vecino y le han comenzado a llorar los ojos.

Le he mirado, me ha mirado, hemos mirado a nuestros vecinos, luego a nuestro alrededor y hemos descubierto que...Ellas aún son más crueles