LA ESTATUILLA
No me negareis que se la merece.
Presto al peloteo, se introduce en el despacho con toda clase de lisonjas, dimes y diretes.
Un quiebro a los compañeros.
Un par de sonrisas. Parece simpático/a (que es lo políticamente correcto).
El mérito es suyo.
Vive en ese limbo del mando que permite la vida perfecta:
DELEGA EL TRABAJO pero ESCALA LA RESPONSABILIDAD.
Es una pena que siempre palmen los mismos, pero a tan increíble compendio de inteligencia, hermosura, destreza, valentía y sin par sabiduría…..
Le vamos a hacer una estatuilla…..
Para que le caguen las avecillas
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