21.6.05

SOLO LOS FUERTES SOBREVIVEN

0730 AM.- Un fuerte pitido que entra por la ventana me despierta. Miro el despertador. Apagado. ¿Apagado? No hay luz. Pego un brinco de la cama. Tropiezo. Me estampo con la puerta. Llego al pasillo trastabillando. Me dejo el meñique en la esquina. Miro el reloj del pasillo. ¡¡Las 7 y media!! ¡¡No me da tiempo!! ¡¡No llego!!

0732 AM.- Entro en el baño. No hay luz. Tropiezo con algo. Me vuelvo a dejar el meñique con algo. Aterrizo en la ducha. ¡¡No veo nada!!. Abro el grifo y sale agua fría. ¡¡Mierda!!.... Canto. Grito. ¡¡Grito!! ¡¡¡Grito!!!

0736 AM.- No se si me he duchado con gel o con Champú. En la puerta empujo a una figura y piso a otra. Por las voces son mi mujer y mi hija. Intentan hablarme, pero… ¡¡que no llego, que no llego!!. Me voy vistiendo por el pasillo. No desayunaré. Esperaré a tomar en la oficina el maravilloso café de máquina. ¡¡Joder!!, ¡¡Joder!! ¡¡Qué no llego!!

0745 AM.- Llamo al ascensor. No viene. ¡Claro!, ¡no hay luz!. Mi mujer abre la puerta y me dice algo, pero ya voy lanzado por las escaleras, saltando los tramos completos y gritando ¡¡¡que no lleeeego!!! ¡¡Lleva tú a los niños!!

0750 AM.- He salido a la calle saltando la verja. Aunque me he fastidiado la rodilla, creo que llegaré. Correré hasta el Metro.

0752 AM.- ¡¡Mierda!!. Como no hay semáforos, aquí no para ni mi padre.

0800 AM.- No me queda más remedio que jugármela. Cruzo Francisco de Sales corriendo entre las hileras de coches, cual gacela, saludando al conductor del autobús de la EMT que, con su brazo levantado y su dedo extendido, a través de la ventana abierta me jalea con alguna expresión de la ruta mientras los automovilistas, contentos ellos, hacen sonar el claxon en mi honor y repiten los alegres gestos del conductor.

0810 AM.- Boca de Metro. ¡¡¡No me da tiempo!!! Mejor en taxi.

0811 AM.- Veo una viejecita parando un taxi en Reina Victoria. En sentido contrario, pero un taxi es un taxi, así que me lanzo como un demonio por la calle para quitar el taxi a la vieja. Mi teléfono suena. Me distraigo. Oigo un chirrido de frenos y siento un golpe que me lanza por el aire para hacerme cruzar la calle y caer delante del taxi. Veo volar mi pie, separado del resto de la pierna. Hace una parábola y cae golpeando a la vieja que, horrorizada, deja caer la compra por el suelo.

0815 AM.- Miro a mi alrededor. Mucha sangre. Mi ordenador tampoco ha superado la prueba y hace de tope en la rueda del taxi. El taxista, algo pálido, me ayuda a levantarme. Está regularizado hace poco. En el taxi pone “se entiende español”. No quiere problemas. Un niño me trae el pie, que guardamos en mi maletín. Con el cinturón me hago un torniquete. El teléfono está sonando.

0820 AM.- El taxi para en el hospital Clínico.

Taxista: Aquí estamos señor. Son 5 euros.

ME.- ¿Aquí ¿ ¿Dónde estamos?

Taxista: En el Clínico, Urgencias, Señor.

ME: ¿Urgencias?....¡¡¡Yo voy a Mirasieeeeerrrrra, Capullo!!!. ¡¡Tira ¡! ¡¡Tira!! ¡¡Vamos!! ¡¡Arranque o lo matooo!!

0821 AM.- Al salir, golpeamos a un coche de la policía, que vuelca por el impacto. Al tomar la curva veo que está ardiendo. Mi teléfono comienza a sonar.

0830 AM.- Enfilamos la Carretera de la Playa. Si no hay mucho atasco, lo conseguiré. Estoy seguro. Seré “El ejemplo” para los más jóvenes. El teléfono esta sonando.

0831 AM.- El teléfono sigue sonando. Me aprieto el torniquete. Quito el zapato al pie.

0832 AM.- El teléfono se entretiene en decirme que tengo llamadas perdidas. Me lo sacaré del bolsillo o terminaré cachondo con la vibración. Me aprieto el torniquete. Me entretengo hurgando entre los dedos del pie amputado.

0833 AM.- Nos saltamos el semáforo de Ventisquero de la Condesa entre una salva de pitadas. ¡¡¡Lo voy a lograr!!!. El teléfono está sonando.

0843 AM.- ¡¡Diga!! Es mi mujer. ¡¡¿Qué pasa?¡!.. Claro que llego. ¿Cómo? ¿Qué es Sábado? Pero yo los sábados no trabajo ¿No?