13.6.05

Te lo cuento, Forellas

Me ha gustado eso, Forellas, de ¡fíjate, ha llegado la primavera, ellas se quitan el abrigo y se ponen las tetas! Reconozco que me ha gustado. No acostumbro a cruzar la ciudad en horas de trabajo, y tu respuesta me ha gustado, pero… ¿No podríamos conseguir que la Ley, igual que persigue a los fumadores (y tú, Forellas, estás entre ellos), persiga también el mal gusto de esas que, dispuestas a mostrar a los Cristianos lo que se han de comer los gusanos, invaden nuestro buen gusto con esas masas de carne desbordada? Te juro, Forellas, que me he cruzado en el semáforo de la Castellana con un ejemplar que más que quitarse el abrigo, se había quitado la plaza de toros, y más que ponerse las tetas, se ha puesto la charcutería.